sábado, 14 de mayo de 2016

Tic Tac...

Dicen, y en muchos casos es cierto, que los dolores físicos se ponen intensos en los momentos menos oportunos, como cuando se decide dormir por ejemplo; el dolor que causa la nostalgia y la tristeza no escapa de esta teoría, y es que justo cuando termina nuestro día, la nostalgia y la tristeza surgen de nuestro interior, donde se mantienen guardadas, y, como si tuviesen vida propia, deciden acompañarnos y colaborar con nuestro insomnio...

Y es cuando pensamos en las personas que dejamos en nuestro país, y es, cuando nos da por recordar y nos llenamos de preguntas que muchas veces no tienen respuestas.

Les ha pasado que deciden llamar por teléfono y zaz, aparece la tan desagradable "diferencia de horarios"? A mi si, y es que no es sencillo tener que lidiar con todo el reto que implica empezar en un nuevo lugar, para que se le sume ese detallito que pues, no colabora.

Recientemente el régimen quitó la fulana media hora que nos diferenciaba del resto de los países del mundo...pero, en mi caso sigo estando a 6 horas de diferencia, es decir, que no es que me ayude mucho.

Frustración mezclada con practicidad obligada...porque no queda de otra que adaptarse, y es que en nuestra situación el verbo adaptar se vuelve una constante, que ligan muchas veces con el éxito que nos depara...

Adaptarse...

#JuntosSumamos
Roni Gisela Salazar

miércoles, 11 de mayo de 2016

Que te puedo decir, si yo acabo de llegar...

Hoy me preguntaron; -Che y en Venezuela aún exportan petróleo?- La pregunta me tomo por sorpresa, sonreí y respondí - No, ahora se exportan venezolanos... - (silencio incomodo). 

30 días... Un primer mes que me deja nuevos amigos. Un mes para re-descubrir al venezolano que se encuentra lejos. Gente solidaria que se reconocen en el acento - Ah, yo también soy venezolano, si necesitas algo me escribes mi pana, aquí estamos para ayudarnos.- Nunca pensé escuchar tantas veces la misma frase. Hoy puedo decir desde este lado de la acera, que un país es más que un pedazo de tierra carcomido por la corrupción y la miseria. 


Un país, o por lo menos mi país, es su gente, y es la gente que está allá y la gente que está acá. La identidad no se pierde con los sellos del pasaporte. 

Somos venezolanos, somos país, porque somos su gente. - Pero Che, que te puedo decir, si yo acabo de llegar.

James
(Escrito el 19/03/2016)
#Venezuela #Argentina #JuntosSumamos #UnTipoFeliz


viernes, 6 de mayo de 2016

Mi antes y después...

¿Cómo dar un abrazo sin estar seguros de cuando será el próximo? ¿Cómo puedes mantener una sonrisa de "todo va a estar bien", si estás rota por dentro? ¿Cómo te despides de dos seres que son todo para ti, y tu, todo para ellos?

He vivido dos veces el antes y después de Maiquetía,  y es que un noviembre, un distinto noviembre de hace poco más de dos años tuve que despedir a mis niños, con el corazón arrugado, estrujado, lleno y vacío al mismo tiempo, lleno de miedos en todos sus matices e intensidades y vacío, de ese calor que sólo ellos saben poner allí... 

La otra linea la crucé hace unas tres semanas, fue a mi esta vez a la que veían con sonrisas de "todo va a estar bien", fue a mi a la que colmaron de bendiciones y un sinfín de positivismo que aturde en el cerebro y duele en el corazón...

Las dos situaciones tienen un mismo origen, una misma razón, y no es otra que (trillada frase) "la situación del país", y si, trillada y todo, esa es la razón, con palabras más, palabras menos, que ha movilizado más venezolanos que en cualquier época o momento.

Yo particularmente me siento como en un limbo migratorio, no estoy aquí del todo, pero tampoco estoy en Alemania, y tampoco en Venezuela, me ha costado caer en cuenta que no estoy de vacaciones y que ya no puedo ir por allí comprando un globo de brillos que dice Madrid para mi mamá o los chocolates favoritos de mi mejor amigo, ya no es andar unas cuantas calles hasta llegar a la casa de tu amiga...ahora todo eso se ve suplantando por edificios extraños con una arquitectura que se nos hacen bonitas pero raras...y es que hasta ir al súper implica un doble sentir, plenitud por poder comprar lo que se desee y tristeza porque los que dejamos atrás, allá, en nuestro país, no tienen la misma suerte.

Dejar nuestro país requiere de mucho, sobretodo cosas que no se pueden meter en una maleta; cada quien en el destino escogido ya es su propio héroe, aunque no estemos seguros de qué nos deparará nuestro nuevo lugar, aunque aun existen noches donde primero llega el miedo que el sueño, aunque hayan días llenos de ansiedad, ya somos nuestros propios héroes...


 Roni Gisela Salazar